Como comentaba en otra entrada del blog el ser humano no ha evolucionado para montar en bicicleta, sino para caminar.
A nadie se le ocurre intentar nadar igual que andamos, hemos creado distintos estilos de nado para optimizar el movimiento en el agua, pero al montar en bicicleta seguimos intentando reproducir la forma en que andamos.
Cuando corremos, caminamos o saltamos empujamos a través de la bola del pie (1º metatarsiano) realizando una flexión plantar y separando el talón del suelo para que el pie nos impulse (Mecanismo Windlass), pero para levantar una caja o realizar ejercicios de fuerza en el gimnasio (sentadillas, peso muerto, estocadas, etc.) mantenemos el pie lo más estable posible, totalmente apoyado y sin levantar el talón del suelo para poder trasmitir la mayor fuerza posible con las piernas.
Mecanismo Windlass Sentadilla
Ahora pensemos un poco: ¿Al pedalear buscamos impulsarnos para despegar el pie del suelo o buscamos transmitir la mayor fuerza posible con las piernas?. Está claro, transmitir la mayor fuerza posible con las personas igual que cuando hacemos sentadillas.
Entonces al pedalear, si nuestros pies están fijados a los pedales, buscamos que las suelas las zapatillas sea lo más rígidas posibles para favorecer la transmisión de la fuerza y estabilizar el pie, ¿por qué realizamos con el pie una flexión plantar como si camináramos en lugar de mantener el pie lo más plano posible como en las sentadillas? La respuesta es, la posición de las calas.
Las calas al posicionarse de forma tradicional (alineadas con el 1º metatarsiano o entre el 1º y el 5º) obligan al tobillo a flexionarse para que podamos pedalear y transmitir la fuerza a los pedales.
¿Entonces como podemos reducir esa movimiento en el tobillo?.
Retrasando las calas al mediopié y de esa forma conseguir reducir el movimiento de tobillo y estabilizar el pie.
¿Y cómo lo hacemos, si las zapatillas están diseñadas para colocar las calas en el antepié?. Recurriendo a adaptadores que nos permiten atrasar las calas.

Observar en la siguiente imagen la diferencia que existe entre el ajuste tradicional de las calas al antepié (zapatilla de la izquierda) y con el ajuste al mediopié (zapatilla derecha).

Y que vamos a conseguir al atrasar las calas:
Evitar los puntos calientes y el dolor (metatarsalgia).
Eliminar el excesivo punteo y taloneo.
Proteger los tendones de Aquiles.
Reducir el trabajo del tríceps sural y mejorar el sector de carrera en el triatlón.
Aumentar la activación del glúteo y los cuádriceps.
Poder bajar el sillín y mejorar nuestra aerodinámica.
Pero no todo iban a ser ventajas:
Al principio, al ponernos de pie sobre los pedales nos sentiremos extraños.
La capacidad de realizar cambios de ritmo (sprint) se verán afectada (aunque no a la velocidad máxima).
Podría llegar a tocar la punta de la zapatilla con la rueda delantera al hacer giros bruscos.
Llevar las calas al medio pie no está recomendado para todas las disciplinas ciclistas.
Habrá que ajustar la altura y retroceso del sillín.
Entonces para quien está recomendado ajustar las calas al medio pie:
Es ideal para cualquier evento que requiera un esfuerzo sostenido, ya sea de alta o baja intensidad y que no requiera realizar cambios bruscos de ritmo: Triatlón de larga y media distancia, pruebas de larga distancia o marchas cicloturistas.
Si estas interesado en leer artículos científicos sobre la colocación de las calas en el antepié y el mediopié aquí tienes unas referencias:
McDaniel TM, Fu YC, Simpson KJ (2013) The effects of cleat location on muscle recruitment strategies of cycling. In ISBS-Conference Proceedings Archive (Vol. 1, No. 1)
Geoffrey Millour, (2020) Effect of cycling shoe cleat position on biomechanical and physiological responses during cycling and subsequent running parts of a simulated Sprint triathlon: a pilot study. Journal of Science and Cycling (JSC) Vol. 9 No. 1 (2020)
Si estás interesado en probar el ajuste de las calas al mediopié no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
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