KOPS: El mito en el ajuste de bicicletas
- biosporttech
- 9 may
- 3 Min. de lectura

Si has investigado sobre bikefitting, es probable que hayas escuchado el término KOPS, un acrónimo que ha generado debates, críticas y malentendidos por igual. ¿Qué hay detrás de esta regla aparentemente sencilla, y por qué sigue siendo tan controvertida? Vamos a desentrañar su historia, su propósito real y los equívocos que la rodean.
¿Qué es KOPS?
KOPS significa Knee Over Pedal Spindle (Rodilla sobre el Eje del Pedal). Surgió en 1968,
formalizado en un manual del Comité Olímpico Italiano (CONI) titulado "Ciclismo". La idea es simple: colocar el sillín de modo que la rodilla —o estructuras cercanas como la tuberosidad tibial— se alinee verticalmente con el eje del pedal cuando la biela está horizontal.
Aunque parecía una regla clara, desde el principio hubo matices. Algunos métodos sugerían alinear la parte frontal de la tuberosidad tibial (esa protuberancia bajo la rótula) con el eje, mientras otros proponían alinear el borde de la rótula con el extremo de la biela. En cualquier caso, el resultado era similar: la articulación de la rodilla quedaba ligeramente detrás del eje del pedal, posicionando al ciclista de forma que, en el punto de máxima fuerza (alrededor de 110-120 grados del punto muerto superior), la rodilla estuviera sobre el pedal.

La crítica más famosa: Keith Bontrager y el "mito"
En los años 90, Keith Bontrager, ingeniero y experto en biomecánica, publicó "El Mito de KOPS", un artículo que cuestionaba la validez científica del método. Su argumento central era claro: no hay base biomecánica que respalde que empujar el pedal verticalmente (como sugiere KOPS) sea más eficiente que aplicar fuerza en otras direcciones, siempre que esta sea tangente a la rotación de la biela.
Para ilustrarlo, Bontrager usó ejemplos como las bicicletas reclinadas, donde la fuerza se ejerce en un plano casi horizontal, o las bicicletas de contrarreloj, donde el pedaleo combina empujes hacia abajo y hacia atrás. En ambos casos, la eficiencia se mantiene porque la fuerza sigue siendo perpendicular al brazo de la biela, aunque la posición del ciclista respecto al pedalier cambie radicalmente.
La conclusión de Bontrager era contundente: KOPS no optimiza la biomecánica del pedaleo. Pero aquí surge la ironía…


El error de las críticas: KOPS nunca pretendió ser sobre biomecánica
El manual del CONI de 1968 nunca afirmó que KOPS mejorara la eficiencia del pedaleo. Su objetivo era más pragmático:
Distribuir el peso entre las ruedas de manera equilibrada, evitando sobrecargar la parte delantera o trasera.
En otras palabras, KOPS era una guía para lograr una posición estable y cómoda, no para maximizar la transferencia de fuerza. Desacreditarlo por su falta de rigor biomecánico es como criticar un destornillador por no clavar clavos: se está juzgando una herramienta por un propósito que nunca tuvo.
Las limitaciones reales de KOPS
Aunque su objetivo original era noble, KOPS tampoco es infalible para cumplirlo. La anatomía humana varía: rótulas más grandes, tibias más cortas o diferencias en la flexibilidad de cadera hacen que una regla universal sea insuficiente. Además, disciplinas como el ciclismo reclinado o de contrarreloj demuestran que la posición óptima depende del contexto.
Incluso como método para distribuir el peso, KOPS puede fallar. Un ciclista con torso largo o brazos cortos, por ejemplo, podría terminar sobrecargando la parte delantera aunque su rodilla esté perfectamente alineada.
Conclusión: El verdadero mito
El "mito de KOPS" no es que la regla sea incorrecta, sino la creencia de que alguna vez pretendió ser una verdad científica. KOPS fue —y sigue siendo— una herramienta simplificada para principiantes, útil en su momento histórico como punto de partida rápido para ajustar una bicicleta.
Su legado nos recuerda que el bikefitting es un arte complejo, donde factores como la anatomía individual, la disciplina ciclista y hasta la flexibilidad juegan un papel clave. KOPS no es la respuesta definitiva, pero tampoco merece ser desechado por razones equivocadas.
Al final, como dijo Bontrager: "La mejor posición es la que funciona para el ciclista, no la que cumple una regla arbitraria" y para conseguirla la mejor opción es consultar especialista en biomecánica.
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